EJERCICIOS ESPIRITUALES
DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
(ADAPTADO PARA LA VIDA DIARIA)
EL OBJETIVO GENERAL DE LOS EJERCICIOS ES:
BUSCAR Y HALLAR LA VOLUNTAD DE DIOS EN TU VIDA.
AL HACER LOS EJERCICIOS EXPERIMENTARAS EL AMOR INCONDICIONAL DE DIOS EN TU HISTORIA Y PODRAS DARLE UNA RESPUESTA. COMENZARAS A TENER UN DIALOGO DE VIDA QUE SERA TU GUIA PARA CAMINAR EN ESTE MUNDO HACIA TU PERFECCION HUMANA!
La Oración es la base fundamental de la experiencia, sin ella no se puede realizar esta aventura espiritual que consiste en estar a "solas con Dios".
Para aquellos que no podemos retirarnos un mes en silencio en retiro, les ofrezco un retiro en la vida diaria. El objetivo es que te veas a solas con Dios y que te dejes seducir por El. Los ejercicios espirituales son un proceso personal que no se hace solo, es decir sin una dirección. En este Blog encontraras la guía, direcciones y herramientas para ayudarte a discernir (desde tu sinceridad y transparencia) a descubrir lo que Dios quiere de ti y lo vivas en tu peregrinar en este mundo por el resto de tu vida.
Dice Sn Agustin: "El Dios que te creo sin ti, no te salvará sin ti". Por eso una clave de la experiencia es tu colaboración. La invitación es a encontrarte a solas con Dios para dejarlo entrar en tu corazón para que te transforme y experimentes así una nueva vida, unos ojos nuevos y un corazón nuevo.
Entonces, ¿cómo lo harás? Es muy sencillo. A principios de cada semana, lee todo lo que puedas de la página de Guía. Esto dará estructura a lo que hagas durante la semana que empieza. Generalmente, la invitación se trata de dejar que la "gracia" por la que estamos orando esa semana se haga parte de tu vida cotidiana. Pedir la gracia por la mañana, y permanecer consciente de dicha gracia durante el día, permitirá que esa reflexión tengan interacción con tus actividades, conversaciones, reuniones, y problemas cotidianos. Cada noche, acuérdate de sacar unos momentos para expresar tu gratitud por lo que hayas recibido, tu vivencia, reflexiones o dificultades, escribiendo en tu cuaderno espiritual abriéndole el corazón a Dios.
Hacer los ejercicios es comenzar a amar y a usar todas las cosas como Dios quiere, son "un camino de libertad" para romper las ataduras que no me permiten poner en practica la voluntad de Dios, es decir, lo que Dios quiere que yo sea.
Hacer los ejercicios es:
¡Encontrar a Dios en todas las cosas y en todo!
Para eso es necesario trabajar con perseverancia, con oración, con lectura y reflexión de la Palabra de Dios y con un compartir de tu experiencia en un cuaderno personal o diario espiritual.
Las condiciones interiores que requieren los ejercicios de tu parte, y que iras practicando y perfeccionando son:
·ordenar tu vida; reestructurandola para un encuentro personal con Cristo .
·disponibilidad, receptividad; dejarte sorprender por el Espíritu Santo que te abrirá nuevos horizontes con otras perspectivas.
·silencio, que es una disciplina del oído mas que de la lengua, es decir hablar menos para poder oír.
·sinceridad, sin miedo a poner nombre a tu propia realidad, sin búsqueda de justificaciones, delante de Dios "eres lo que eres".
·sinceridad, sin miedo a poner nombre a tu propia realidad, sin búsqueda de justificaciones, delante de Dios "eres lo que eres".
·sencillez y humildad, sin complicaciones, sin prisas sin resistencias.
·oración, vivir en dialogo con el Señor en el día a día, ponerte una tarea reflexiva o de meditación, una tarea contemplativa de carácter mas afectivo para que tu voluntad sea movida por el amor.
PRINCIPIO Y FUNDAMENTO
DE LOS EJERCICIOS
SAN IGNACIO PROPONE (español antiguo):
"El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue, que el hombre tanto ha de usar dellas, quanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto para ello le impiden. Por lo qual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados."
- Fui creado para cantar las maravillas de la existencia, referir todo a mi creador y, finalmente, reflejar su gloria. Este cántico feliz que trae, expone, devela la gloria del Creador es mi tarea. Además es el medio para una consecuencia feliz: mi salvación. Es decir, el camino para la salvación es uno en el cual mi vida en todas sus facetas resplandece y habla de una gloria remitida a Dios. Nada menos que eso es el deseo de Dios para mi: que yo brille con su luz. Queda en evidencia y se propone de inicio lo bueno que es mi creador al brindarme un camino alegre, rico y abundante para mi salvación. 2. La bondad de mi Dios para conmigo es mayor aún según Ignacio. Tan lejos llega, que todo el mundo y lo que en él habita ha sido creado para ayudarme a mi fin. Esto es una declaración inmensamente poderosa; Todo existe para servirme. Con esto el "y vió que era bueno" del Génesis se despliega ante mí como una realidad concreta y verdadera. El mundo y lo que hay en él es bueno. Cabe una advertencia sin embargo: no todo es necesariamente bueno y conveniente para mi propósito particular. Es por tanto mi responsabilidad, como ser libre, discernir qué ayuda y qué estorba mi salvación. El uso que hago de las cosas es por tanto lo que debo determinar. Mi responsabilidad es tomar buenas elecciones para vivir en su voluntad y participar en la plenitud de mi creador.
3. Este planteamiento inicial, este pre-supuesto, es bellísimo. El hecho de postular de entrada y establecer como base que yo fui creado para mi propia salvación me parece extraordinario. Significa que éste que me creó deseó mi bienestar al concebirme y que fue mi bien parte integral de su proyecto para mí. Este Dios que concibe Ignacio, me lanzó desde la generosidad. Por tanto, me imagino a este Dios tejiéndome con infinita estima para luego arrojarme con sutileza hacia un destino bueno, un horizonte de felicidad donde se encuentra nuevamente el mismo Creador. Es decir, asumo como mío este bondadoso creador y de igual modo su designio de unidad conmigo. Entonces digo que yo fui producto, consecuencia, engendro, de una intención amorosa, que se cierra, o vierte sobre si misma, en el círculo de lo que Ignacio llama "salvación".
4. He de pedir la gracia de hacerme indiferente a tal punto que sólo haga uso de "las cosas" en tanto sean buenas para mi salvación. Deseo dejar entrar a mi vida (personas, actitudes o cosas) que me lleven a la unión con Dios. No dejarme llevar por el impulso de mis deseos y no desear más la salud que la enfermedad, la riqueza que la pobreza, vivir en el este o el oeste, tener un trabajo o el otro, etc.
Explicación en español Moderno:
5. Nuestro único deseo y nuestra única opción debe ser la que mejor nos lleve a alcanzar el propósito para el cual fuimos creados.
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